NUESTRA HISTORIA

Hace 14 años nos enamoramos en el mar practicando kitesurf, un deporte extremo que depende del viento.

Somos Kite Addict Colombia

Comenzamos nuestra propia escuela de kitesurf en 2011 primero en Cabo de la Vela y en 2018 en Mayapo. Juntos iniciamos nuestra pequeña familia colombio-alemana del kite, que está compuesta por muchos instructores de kitesurf, perros, gatos y nuestros dos hijos.

LÍNEA DE TIEMPO

Abrimos la primera Escuela de Kiteboarding en La Guajira en 2011.

Llegamos a Cabo de la Vela, un pueblo en medio de la nada, en medio del desierto. El comienzo fue difícil; los turistas solo llegaban en las temporadas altas, hasta que la gente se enteró a través de mucha publicidad y competiciones internacionales que era el lugar perfecto para practicar Kiteboarding. El deporte atrajo mucha atención de los jóvenes de Cabo. Comenzamos enseñando primero a Nelson, un chico Wayuu que tiene 10 hermanos. Este chico ahora tiene 20 años y es dueño de su propia escuela de kitesurf junto con su hermano Betico, quien compite en todo el mundo y ha ganado algunas competiciones en el Kite Fest Argentina, Lords of Tram y Big Air Kite League. Beto es parte de nuestra Fundación Jouktai y gracias al apoyo de muchos amigos y clientes, pudimos enviarlo a China, a la clasificación para los Juegos Olímpicos. De la pesca y la artesanía, estos jóvenes se convirtieron en protagonistas de su vida y su futuro, con mayores oportunidades y una visión del mundo más abierta. Hicimos crecer Cabo de la Vela de 0 a 5 escuelas de kite y un turismo constante y sostenible durante todo el año.

En 2018 nuestra hija Amelie llegó a nuestras vidas, cambiando por completo nuestro mundo. Decidimos mudarnos a Riohacha y con esto hacer nuevos planes.

Con una experiencia de 20 años y una labor social ya realizada satisfactoriamente, llevamos nuestra escuela de kite a Riohacha y a Mayapo, una playa virgen a sólo 30 minutos de Riohacha en auto. Comenzamos a construir nuestra escuela allí y los negocios alrededor de nuestra escuela están creciendo constantemente. Mayapo ahora cuenta con un 70% más de alojamientos y restaurantes y recibe visitantes constantemente. La pandemia nos frenó en nuestros proyectos constructivos y sociales pero ¡siempre estamos avanzando! Ahora agregamos al pequeño Max a nuestra familia y juntos estamos trabajando para vivir la vida de nuestros sueños en nuestra hermosa playa y al mismo tiempo aumentar el turismo local y contribuir al progreso y desarrollo de la región.